08 junio 2012

UNA HUMILDE REFLEXIÓN PERIODÍSTICA EN TIEMPOS DE DEFINICIONES


Por: Sebastián Fernández

Facebook: Sebastián Fernández

Twitter: @Sebafernandez01 


___________________________________________________________________


Transcurren tiempos de grandes definiciones para el periodismo, y la mente del artista de la información suele ser el elemento más puro dentro de la discusión. Convenios laborales, Ley de Medios Audioudiovisuales, una nueva época de la democracia argentina y otros factores son los que atraviesan la realidad del trabajador, mientras éste sigue firme con un único objetivo: poner una pequeña y particular porción de la realidad ante los ojos de apenas una parte del pueblo. Semejante responsabilidad dignifica esta tarea cuando se hace con sentido de vocación. La Bicentenario Mendoza saluda en el Día del Periodista a todos los que luchan cotidianamente por esta digna profesión.

Ha transcurrido una semana intensa para la labor periodística, por ello nuestro saludo también llegará con mayor intensidad. Hace algunas semanas, periodistas del programa televisivo oficialista “678” fueron a cubrir una marcha que se realizaba contra el enjuiciamiento al jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, y fueron agredidos. Parecía que este acto quedaría como un hecho aislado y desafortunado; sin embargo, el pasado viernes ocurrió lo mismo pero con un marco más grave. Resulta que el equipo del mismo programa se dirigió a cubrir una manifestación contra los controles al dólar y los vecinos que marchaban en el coqueto barrio porteño de Recoleta atacaron salvajemente a nuestros colegas. Tres días más tarde, similar suerte corrieron algunos trabajadores de la agencia oficial Télam.


Lamentable pero real. Dentro de un clima enrarecido por parte de un extremo de la sociedad y de nuestros benditos medios de comunicación, en este caso los más pudientes –todos con un mismo dueño–, se hacen escuchar reclamos que van directamente  en contra de las políticas de este gobierno que ganó legitimidad absoluta en las urnas para conducir los destinos de 40 millones de argentinos. En este marco se produce un nuevo paro agropecuario convocado por la Mesa de Enlace, dando inmediata respuesta a medidas que han quedado más que claras.

Hace algunos días, como respuesta a la medida cautelar presentada por el monopolio de Clarín para defender a sus 300 medios, la Suprema Corte de Justicia falló en ratificación de la nueva Ley de Medios, a la cual deberá adecuarse ese grupo empresarial conservando 24 de sus licencias. 


La finalidad de esta ley es que a partir del próximo 7 de diciembre todos los argentinos tengamos la libertad de informarnos a través de nuestra propia conciencia. Sin embargo, la reacción inmediata por parte de semejante grupo financiero-mediático ha provocado un tejido de alianzas que ha sido pieza clave de etapas negras de nuestra historia.



Igualmente se jactan, a través de comunicados de organismos internacionales de prensa, de no disfrutar de la libertad de prensa en nuestro país, gozando paradójicamente de los mejores espacios en casi todos los medios, obviamente, del mismo dueño. Convocan manifestaciones para enrarecer el ambiente y no mencionan la verdadera libertad de prensa, ya que luego de los feroces ataques a nuestros colegas no hemos visto tapas de diarios ni titulares en los noticieros que hagan mención al hecho. Quizás sea ésta la libertad de prensa que buscan, pues con la última ley de medios –1976– nos acostumbramos a vivir de la unilateralidad.


El 7 de junio de 1810 

Hace 202 años nacía en nuestra patria la “Gazeta de Buenos-Ayres”, cuyo director fue Mariano Moreno, uno de nuestros primeros patriotas y mártir del periodismo nacionalista. Quizás el peor de sus pecados fue luchar por un pueblo libre. Quizás el nacimiento del periodismo en la argentina no debía tener un sentimiento independentista, ya que por aquellos años muchos argentinos lo bastardearon para seguir respondiendo a los intereses españoles. Hoy lo seguimos viviendo a través de cobardes agresiones a distintos trabajadores y luchadores, pero no tenemos la posibilidad de enterarnos.


Desde La Bicentenario queremos recordar a los precursores de nuestra ley de medios democráticos por nacer, como Mariano Moreno, Rodolfo Walsh y José Luis Cabezas, entre otros. Representan para nosotros un claro ejemplo de amor a la profesión, ya que dejaron su vida buscando la verdad sin dejar su compromiso social de lado. Nunca vendieron su dignidad, y lo pagaron muy caro.


Reivindicar nuestra tarea

Para reivindicar nuestra tarea debemos tener en cuenta que ser periodista nos puede llevar a cumplir el rol de intelectual, pero esto no nos debe confundir. También somos trabajadores, y nuestro intelecto no nos debe ubicar en una realidad que se ponga por encima de la comunidad. Nunca debemos subestimar a nuestro pueblo.

Hace menos de un año vimos al pueblo argentino manifestarse de la manera más pura, en las urnas. Los datos históricos hablaron por sí solos. Como comunicadores, tenemos la libertad de coincidir o no, pero a través del respeto al soberano, ya que al estar inmersos en él no podemos alejarnos de las decisiones de nuestro pueblo, que siempre será más sabio que nosotros.

Algunos colegas tienen la posibilidad de gozar de nuestra creciente libertad de expresión sin coincidir y es un acto de libertad muy valioso también. Pero nuestra tarea llega mucho más lejos, pues tenemos una responsabilidad gigante con nuestra sociedad. He aquí que pedimos también que se respete hasta el hartazgo nuestra comunicación, ya que la sociedad, o parte de ella, espontáneamente actuará de alguna manera a raíz de la información que reciba.

El hecho de comunicar mensajes en términos potenciales brinda una herramienta muy grande para confundir a la sociedad, y el monopolio ha hecho uso excesivo de ese recurso para luego retractarse sólo en la letra chica. Algunas personas han tenido ciertas actitudes al punto de realizar gestos obscenos provenientes de Norteamérica a la cámara de TV, obviamente dirigiéndose a nuestra presidenta (votada por la mayoría de los argentinos) y sus militantes.

Aquí surge una casualidad muy grande ya que, antes de realizarse aquel cobarde ataque a nuestros colegas de “678”, los manifestantes le hacían el mismo gesto a la cámara de TV. Por  ello debemos medir los posibles resultados de nuestras actitudes en los medios de comunicación.

Aquí nos detendremos para nuestra última reflexión. En condición de periodistas, somos hacedores de confusión, de crispación, de insultos y de violencia, como también de tolerancia, de valores, de educación, de información y de grandes oportunidades para crecer como Patria. Por ello debemos aceptarnos y ayudar a aceptar, ya que nuestra tarea ha pasado a ser decisiva en cada momento de nuestra historia. Como periodista, como militante político y como argentino, doy la bienvenida a una nueva Ley de Medios que tendrá contenido a través de mis colegas y yo (y nuestros compatriotas).

Darnos la posibilidad de luchar por nuestras reivindicaciones sociales no es poca cosa.
Para que sigamos peleando por nuestros derechos y en pos de nuestra democracia, 


¡Feliz día les desea La Bicentenario Mendoza!

No hay comentarios: