20 febrero 2013

20 de febrero: Bicentenario de la Patriota Batalla de Salta


La Batalla de Salta fue un enfrentamiento armado librado el 20 de Febrero de 1813 en Campo Castañares, hoy zona norte de la Ciudad de Salta, en el curso de la Guerra de Independencia Argentina. El Ejército Norte, al mando del General Manuel Belgrano y de Eustaquio Díaz Vélez, como segundo jefe, derrotó por segunda vez a las tropas realistas del brigadier Juan Pío Tristán, a las que había batido ya en septiembre anterior en la batalla de Tucumán. La rendición incondicional de los realistas garantizó el control del gobierno rioplatense sobre buena parte de los territorios del antiguo Virreinato del Río de la Plata, aseguró la región y permitió a los patriotas recuperar, provisoriamente, el control del Alto Perú.


ANTECEDENTES:
A principios de enero de 1813 el ejército se pone en marcha hacia el norte. Para el 11 de febrero Belgrano decide que las tropas presten el juramento de fidelidad a la Asamblea General Constituyente, que ha inaugurado sus sesiones en Buenos Aires el 31 de enero.
En momentos en que el ejército comandado por el General Belgrano avanzaba hacia Salta con intención de vencer a las fuerzas españolas, bajo el mando del General Pío Tristán, situados en la ciudad de Salta; se encontró con un fuerte impedimento: la defensa que había realizado el general español del único paso de acceso a la ciudad, el portezuelo; lo que planteaba a su jefe una disyuntiva de hierro: entablar un combate en circunstancias desventajosas o desistir del propósito y retroceder.
En tales circunstancias, el 17 de febrero de 1813, el Capitán Apolinario Saravia, ayudante del Gral. Belgrano, se ofreció para conducir al ejército y salvarlo, avisando al General que, como salteño y habitante de allí, tenía conocimiento de una senda extraviada y por nadie conocida que conducía al opuesto lado de la sierra.
El General Belgrano tras recorrer detalladamente el itinerario propuesto, dio órdenes de como proceder para que el ejército avance. Esa noche, se inició la marcha de las fuerzas patriotas a través del fracturado terreno cubierto de espeso malezal, portando cincuenta carretas con pertrechos y doce piezas de artillería. El día 18 arribaron a la finca de castañares donde permanecieron hasta las 11 de la mañana del día 19, cuando iniciaron su marcha a las chacras de Gallinato.
El ataque comenzó el día 19, a las 11 de la mañana, en la pampa de Castañares. Belgrano, seriamente enfermo, había preparado un carro para efectuar en él los desplazamientos, pero a último momento pudo reponerse y montó a caballo.

LA BATALLA: 
A las nueve de la mañana del día 20, se desplazó el Ejército Nacional cubriendo todo el ancho de la planicie. Tristán lo esperaba fortaleciendo el lado izquierdo de su formación, pues el flanco derecho se apoyaba sobe el cerro San Bernardo, donde había distribuido una columna de tiradores que obstaculizaran las cargas sobre ese sector. Precisamente esta disposición posibilitó a Tristán controlar los ataques, porque además de prevalecer en el llano, rechazaba los avances sobre el flanco derecho por la eficaz acción de los tiradores del cerro y porque el terreno dificultaba las operaciones de caballería.
Al promediar el combate, Belgrano cambió su táctica, movilizó la reserva, dotando de más efectivos de infantería y caballería y ordenó a Martín Dorrego atacar fuertemente. Dispuso cargar simultáneamente con artillería y, luego de cruzar el campo, condujo él mismo la avanzada contra las barricadas del cerro.
Al mediodía la situación varió. La enfurecida carga de Dorrego arrasó el flanco izquierdo junto a las columnas de Cornelio Zelaya, Francisco Pico, Carlos Forest y José Superí .
Con la retirada cortada, los realistas vencidos retrocedieron quedando entrampados en el corral que circunda la ciudad donde fueron diezmados por los criollos, el tramo final de la lucha se concentró alrededor de la Plaza Mayor.
La calma llegó cuando desde la iglesia de La Merced doblaron campanas por la patria anunciando la rendición incondicional del invasor.
 
  

Tres banderas son los trofeos de esta victoria: diecisiete jefes y oficiales fueron hechos prisioneros en el campo de batalla; hubo 481 muertos, 114 heridos, 2.776 rendidos. En total, 3.398 hombres que componían el ejército de Tristán, sin escapar uno solo. Además, diez piezas de artillería, 2.188 fusiles, 200 espadas, pistolas y carabinas y todo el parque y la maestranza.
Luego de enterrar a los héroes del 20 de febrero de 1813, el General Manuel Belgrano colocó una humilde cruz de madera en la fosa común de los 600 guerreros muertos de ambos lados. El Gobernador Feliciano Antonio Chiclana la reemplazó, a pedido del mismo Belgrano, por otra cruz pintada de verde, con la leyenda cristiana "A los Vencedores y Vencidos''.


Conmemorando aquél 20 de Febrero del año 13, se lo designa como feriado nacional recordando la contienda ocurrida 200 años atrás y que frenó el avance de las tropas realistas sobre el territorio argentino. Una iniciativa de nuestra Presidenta, para que el Pueblo recuerde la gesta que lideró Manuel Belgrano con el Ejército del Norte cuando el país peleaba para liberarse y celebrar su independencia.
La batalla mencionada constituyó un hito importante en la historia argentina, porque a partir de la misma se consolidó definitivamente la frontera norte.

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